Se va el verano, se acaban las vacaciones, hay que volver al trabajo. Una vez quedan atrás el descanso y el relax de los meses estivales, mucha gente debe afrontar el estrés y la rutina de largas jornadas sentados frente al ordenador. La postura corporal al ocupar ese puesto es un factor que se debe tener muy en cuenta cuando se trata de establecer unas buenas y saludables condiciones laborales.
El 37% de los trabajadores considera que su actividad laboral afecta de forma negativa a su salud, de acuerdo con la última Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo, elaborada por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social y publicada en 2017. Una cifra que era mucho más baja (27%) en la edición anterior de la encuesta, apenas cinco años antes.
Los problemas más comunes señalados por los encuestados fueron el dolor de espalda (el 46% de los afectados), el dolor muscular de hombros, cuello, brazos y manos (45%) y el cansancio general (45%). También la cefalea y la fatiga visual (36%) están entre los síntomas más frecuentes. Por supuesto, no se trata de dolencias exclusivas de los trabajadores de oficina, pero todos ellos pueden padecerlas. A continuación se enumeran una serie de consejos de ergonometría para procurar prevenirlas.