Al menos una docena de pilotos fueron escoltados desde la reunión previa a la carrera hasta una presentación privada con Trump. “¡Tengo que encontrarme con el presidente! ¿Cuán genial es eso?”, dijo el conductor Aric Almirola.
Trump es el gran mariscal de las 500 Millas de Daytona, lo que significa que este año dio la orden a los conductores de encender sus motores y después y dio una vuelta a la pista conduciendo la limusina presidencial apodada The Beast (La bestia). Es el segundo presidente estadounidense en hacerlo, después de George W. Bush, que asistió a la denominada The Great American Race (La gran carrera americana) en 2004.
La visita del presidente fue bien recibida por los fanáticos de la NASCAR. Las banderas de Trump 2020 inundaron el estadio, y algunos asistentes las usaron como capas en el área del garaje. La presencia de Trump también creó grandes colas en los accesos, con parte del público quejándose mientras esperaban horas para atravesar los controles de seguridad.
“No hay mayor emoción que unirme al centro mundial de las carreras”, declaró Trump. “Para todos los pilotos, técnicos y equipos de boxes hoy aquí, buena suerte y que gane el mejor equipo. Dios los bendiga, Dios bendiga a nuestros militares, Dios bendiga a nuestros veteranos y Dios bendiga a Estados Unidos. Que tengan una gran carrera”, añadió. leerr mas aqui..