La guerra cibernética contra el terrorismo ha socavado secretamente las bases del peligroso Estado Islámico (EI).
Y es posible que los hackeadores militares que han mantenido en jaque a los cerebros terroristas detrás del poderoso sistema informático del grupo, que también se conoce como ISIS o Daesh, sean el as bajo la manga que ayude a contener su renacimiento tras el ataque con un dron estadounidense que mató al general iraní Qasem Soleimani.
El EI aplaudió la iniciativa del presidente Donald Trump aunque no lo mencionó con nombre ni apellido en un comunicado que describió la muerte del comandante de la fuerza Quds, una unidad de élite de la Guardia Revolucionaria de Irán, como un acto de intervención divina que beneficiaba a los jihadistas.
La realidad es que muerte de Soleimani podría perjudicar en vez de ayudar a Trump, porque era su principal aliado a la hora de contener la expansión del EI por el Oriente Medio.
Cronología del horror
EL es una organización mermada pero potencialmente mortífera que surgió de los combatientes derrotados de al Qaeda en Irak en 2004, pero que funcionó en la clandestinidad hasta el despliegue de las tropas estadounidenses en territorio iraquí en 2007.
Y como tiene la virtud de fortalecerse en el medio del caos, a partir de 2011 tomó fuerza por la inestabilidad en Irak y Siria hasta hacerse lo suficientemente poderosa como para realizar ataques que causaban terror y desconcierto..
Para 2013, el grupo llamado originalmente AQI decidió cambiarse el nombre al Estado Islámico de Irak y Siria y tan sólo un año después tomó el control de Mosul, la segunda ciudad más poblada de Irak.
leer mas en yahoo