La sesión especial del Congreso de Florida convocada por Ron DeSantis no tuvo los resultados que este esperaba. Los líderes republicanos de la legislatura convocaron su propia sesión e ignoraron varias de las propuestas del gobernador relacionadas con temas migratorios.
DeSantis dijo que convocó la sesión para que Florida se alineara con las nuevas políticas de inmigración del presidente Donald Trump.
Pero tras lo ocurrido en el Congreso de Florida este lunes, DeSantis dijo que las nuevas propuestas de los legisladores de su partido eran débiles y criticó que al comisionado de agricultura estatal se le otorgaran poderes para hacer cumplir leyes migratorias.
“Ellos también de manera extraña le quitan el poder del control de migración al gobernador y se lo dan al comisionado de Agricultura, pero agricultura no es exactamente conocido por aplicar la ley de inmigración. Es como que un zorro cuide las gallinas”, dijo DeSantis.
El gobernador agregó que lo ocurrido le pareció “extraño” y que fue para “hacer las cosas más fáciles para la gente que quiere mano de obra barata”, lo que considera “una política totalmente mala, que no debe ocurrir”.
Por su parte, el presidente de la cámara baja, Daniel Pérez, dijo que las sesiones especiales deben tener otro uso y que no son para generar titulares.
También dijo que sus propuestas permiten que las autoridades migratorias puedan trabajar sin problemas con agentes locales.
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Así mismo, el presidente del Senado de Florida, Ben Albritton, criticó algunas de las propuestas de DeSantis.
“A veces el liderazgo no se trata de estar al frente de un tema. Se trata de seguir al líder en quien confías. Confío en el presidente Trump. Confío en las autoridades de Florida”, dijo Albritton.
Entre las decisiones más destacadas, los dos líderes del Congreso de Florida dijeron que no impondrían sanciones penales a los oficiales de los departamentos de policía locales que no ayudaran con los nuevos controles federales de inmigración, algo que había propuesto DeSantis al convocar la sesión especial.
Además, dijeron que no ampliarán el programa de DeSantis que en el 2022 pagó por vuelos que enviaron a decenas de inmigrantes indocumentados a Massachusetts.
DeSantis había dicho que quería ampliar el programa para que los inmigrantes indocumentados pudieran ser transportados fuera del país, una autoridad que solo tiene el gobierno federal.
Florida, según lo decidido en las sesiones especiales, mantendrá un fondo de $500 millones para que agencias locales ayuden con el control de la inmigración, aumentaron algunas de las penas criminales y crearon una nueva oficina estatal que coordine estos esfuerzos.
Sin embargo, esta nueva oficina estatal no estará bajo la autoridad del gobernador.
DeSantis dijo que las nuevas medidas tomadas por la legislatura eran débiles y que buscaban “crear la ilusión de una ofensiva contra la inmigración ilegal, cuando no hace nada de eso”.
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