El mes de junio y los primeros días de julio fueron los más calurosos desde que se tiene registro, según la Organización Meteorológica Mundial.
Los habitantes del sur de Estados Unidos y el sur de Europa han tenido que soportar temperaturas sofocantes, numerosas advertencias por el calor, incendios forestales y un gran deterioro en la calidad del aire.
Sin embargo, los récords no solo se han superado en tierra sino también en el agua.
Las temperaturas globales de la superficie del océano fueron más elevadas que cualquier otro junio en los registros, según un informe del Servicio de Cambio Climático de Copernicus, con lecturas satelitales del Atlántico Norte particularmente altas.
El mes pasado también se batió un record en la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), por la mayor diferencia entre las temperaturas esperadas y las reales. (SEGUIR LEYENDO)