El piloto Peter Schott y sus dos pasajeros enfrentaron el desafío de aterrizar sin tren de aterrizaje en el aeropuerto australiano de Newcastle, al norte de Sidney.
Una vez el piloto se dio cuenta que el tren de aterrizaje no descendió decidió volar en la avioneta Beechcraft Super King Air sobre el aeropuerto de Newcastle durante casi tres horas. ¿El objetivo? Quemar combustible y prepararse para el desafío que les esperaba.
Emergency Landing-
Small plane makes emergency landing at New Castle Airport with no landing gear. #Newcastle #Australia #Breaking #emergency #Crash pic.twitter.com/PrXAThytpm— News Update (@ChaudharyParvez) May 13, 2024
El momento de la verdad llegó cuando la aeronave se deslizó hacia la pista, sin el habitual soporte de las ruedas.
Con asombrosa destreza, la avioneta tocó tierra, deslizándose como una pluma sobre el asfalto. El superintendente de policía Wayne Humphrey, testigo de este hecho audaz, no pudo contener su emoción al describir el aterrizaje como «de libro de texto».
Tras el exitoso aterrizaje, los tres fueron atendidos por paramédicos en el aeropuerto, pero ninguno necesitó ser trasladado al hospital. Schott, un veterano de los cielos con décadas de experiencia compartió su confianza inquebrantable en su habilidad para llevar a todos a salvo a tierra firme, a pesar de las adversidades.
«El clima estaba en nuestra contra, con llovizna y una bandada de pelícanos desafiando el viento… ya sabes, los peligros de las aves», compartió Schott con una sonrisa radiante a los medios de comunicación presentes en el aeropuerto. «Pero nunca dudé del resultado de este vuelo».
El pasajero Michael Reynolds no escatimó en elogios para el piloto, destacando su calma y profesionalismo durante toda la experiencia. «Pete, el piloto, hizo un trabajo maravilloso. Fue increíble, 100% tranquilo todo el tiempo», expresó Reynolds a la cadena Nine News, reflejando el sentimiento de gratitud y admiración de todos a bordo.
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