Se había concebido a imitación de otras ciudades, como Londres, donde funciona desde hace veinte años y ha logrado mejorar el tráfico y el aire de la ciudad.
La congelación del proyecto de peaje, aparte de las críticas electoralistas, sentida como un duro golpe para la MTA, crónicamente infrafinanciada, pues contaba con los ingresos del peaje para poder aliviar el déficit de 211 millones de dólares y emprender reformas largo tiempo postergadas.
ENTRAN DIARIAMENTE 700 MIL VEHÍCULOS
En el distrito central de Manhattan afectado por este polémico peaje entran a diario 700.000 vehículos, cuya velocidad media se ha reducido un 23 % en los últimos 14 años -debido, entre otras cosas, a la creación de carriles bici y la profusión de negocios como Uber-. Se calcula que un neoyorquino al volante pierde 117 horas al año en los atascos.
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