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Un estudio publicado recientemente en la revista Science Advances ha alertado sobre la creciente inestabilidad del giro subpolar del Atlántico Norte, un sistema de corrientes oceánicas clave para la regulación del clima en el hemisferio norte.
Investigaciones lideradas por Beatriz Arellano Nava, investigadora posdoctoral en geografía física de la Universidad de Exeter (Reino Unido), han revelado que este sistema ha perdido estabilidad desde la década de 1950 y que su circulación podría debilitarse de forma significativa en las próximas décadas.
El giro subpolar del Atlántico Norte, ubicado al sur de Groenlandia, desempeña un papel esencial en el transporte de calor hacia el hemisferio norte.
Sin embargo, el estudio indica que este sistema ha experimentado una pérdida de estabilidad desde la década de 1950, y su circulación podría debilitarse de forma significativa en las próximas décadas.
Beatriz Arellano Nava calificó los hallazgos como «muy preocupantes» y subrayó que el derretimiento del hielo polar, acelerado por la crisis climática, está contribuyendo al deterioro de las corrientes oceánicas.
«Reducir rápidamente las emisiones de gases de efecto invernadero es la mejor forma de evitar que el Atlántico cruce un punto de no retorno», advirtió.
Los científicos explican que un debilitamiento del giro subpolar podría afectar la fuerza de la corriente del Atlántico Norte, conocida también como AMOC (por sus siglas en inglés), provocando cambios en la temperatura del océano, incremento en la intensidad de huracanes y sequías más severas en varias regiones.
El estudio resalta que, aunque aún hay incertidumbre sobre el tiempo exacto en que estos cambios podrían ocurrir, los patrones actuales muestran señales claras de inestabilidad.
Expertos llaman a intensificar la monitorización del sistema y a reforzar modelos climáticos para prever sus posibles impactos en la agricultura, infraestructura y ecosistemas a nivel global.
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